¿Cuántos impuestos pagas si eres autónomo?

,

Llegado el momento de lanzarnos a la piscina y decidirnos a emprender, una de las preguntas clave que nos hacemos es, ¿cuánto voy a pagar de impuestos si me pongo como autónomo?

Pues bien, en términos generales voy a pagar los mismos impuestos que si trabajo por cuenta ajena, con la diferencia de la periodicidad y los ciclos de pago.

Partimos de la base de que somos un autónomo que desarrollamos una actividad bajo la modalidad de estimación directa simplificada, dónde calculamos nuestro beneficio para tributar por IRPF mediante la contabilización de nuestros ingresos menos nuestro gastos de la actividad.

Cada trimestre del año finalizado debemos de presentar el modelo 130 en el que diremos cual ha sido nuestro beneficio acumulado a ese momento en lo que va de año. Sobre ese beneficio tendremos que pagar el 20% a hacienda. Es decir, que si hemos tenido un beneficio de 1.000€ pagaremos 200€, y si hemos tenido un beneficio de 50.000€ pagaremos 10.000€.

A un trabajador por cuenta ajena, en su nómina mensual se le retiene una cantidad en concepto de IRPF según sus ingresos y situación personal y familiar. A un autónomo, su retención será de pago trimestral, y siempre de un 20% sobre beneficios.

Una vez finalizado el año, se realiza la declaración anual de la renta (modelo 100), y en ella se declara todo lo que se ha ganado en el año. Ahí, en función de la situación personal y familiar de cada uno, y de sus ingresos, se determina si durante el año se le retuvo dinero en exceso, lo que da derecho a una devolución, o por contrario si se le debía retener mas y tiene que pagar.

En resumen, el autónomo y el trabajador por cuenta ajena van a pagar los mismos impuestos, con la diferencia que el autónomo hace una pago fijo del 20% durante el año a la espera de ajustar esa retención a su situación personal en la declaración anual de la renta. Y el trabajador por cuenta ajena ya tiene una retención mensual ajustada a su situación.

Por todo es importante que el autónomo cuente con un fondo de tesorería que le permita afrontar los pagos trimestrales de IRPF sin que ello suponga un colapso en el desarrollo de su actividad. Una contabilidad en regla y llevada al día facilita la organización de la previsión de tesorería para afrontar impuestos.